cabecera

NOTICIAS


 

 

 

 

 

Artículo de opinión

Rodríguez Signes:"Impulsar el indiscutible potencial entrerriano"

12/01/2020.- Desde Tomás de Rocamora al presente, pasando por Alejo Peyret, durante más de doscientos años, existe una abrumadora coincidencia en que la provincia de Entre Ríos es una de las más promisorias del país. Sino la más promisoria.

Argumentos no faltan. Entre Ríos tiene un territorio de casi ocho millones de hectáreas, entre ellas más de un millón entre bañados e islas, con una aptitud productiva sin igual en el país. Es posible todo tipo de cultivos: soja, maíz, trigo, girasol, también arroz, algodón, citrus, forestación, nueces y vides y por supuesto forrajes que hacen viable la ganadería. Posee arenas vitales para la explotación petrolera de ruptura de rocas y recursos mineros para la construcción como piedras y yeso.

No hay ninguna provincia igual en el sentido de lo ríos navegables que la rodean y la surcan. Tampoco hay ninguna otra que tenga una población tan equilibradamente distribuida en su territorio y una oferta de carreras universitarias y terciarias que van desde la Tecnológica Nacional, a la Universidad Nacional de Entre Ríos y la Autónoma, a las que cabe adicionar las privadas y carreras terciarias y escuelas agrotécnicas.

No obstante, a pesar de recursos tan nítidos, la provincia tiene dificultades para cumplir sus promesas de desarrollo. Santa Fe, o Buenos Aires o Córdoba están varios pasos adelante en desarrollo industrial.

¿Qué es lo que ocurre que no podemos avanzar tan rápido como queremos?

UNA PROMOCIÓN INDUSTRIAL DIFERENTE

Básicamente, no logramos desarrollar una industria y un comercio que procese nuestros propios productos y los de nuestros vecinos. Salvo la cadena avícola, los esfuerzos de algunos particulares en el sector farmacéutico y los desarrollos en parques industriales, seguimos siendo productores de materias primas que salen del territorio provincial sin procesar o con un bajísimo nivel de procesamiento industrial.

Claro que en este país a ninguna provincia le resulta fácil lograr el desarrollo industrial. Salvo el caso de la provincia de Buenos Aires, el Gran Rosario, Córdoba y el Polo Petroquímico de Bahía Blanca, el resto no lo logra. Es que las grandes herramientas de promoción industrial son resortes del Estado Nacional, no de las Provincias.

No obstante, algo se puede hacer. Fijémonos lo que sucede en Rosario y sus alrededores. Esta es una zona que recibe prácticamente toda la producción de soja y granos para aceites del país, e incluso del sur de Brasil, Bolivia y Paraguay los transforma en sus industrias, y los exporta desde sus puertos, ubicados en la margen izquierda del Paraná. Rosario es el polo oleaginoso industrial más grande del mundo. A la actividad industrial y portuaria propiamente, hay que agregarle la financiera, los servicios profesionales y el comercio que crece en un contexto fértil.

Ese polo industrial oleaginoso creció sin promoción industrial y lo hizo a la vera del Paraná por una razón logística: la Hidrovía. La Hidrovía Paraná – Paraguay es una ruta fluvial de 3442 km que nace en el río de la Plata y se extiende hasta el Mato Grosso, en Brasil, pasando por Nueva Palmira en la RO del Uruguay. Por allí se transporta y comercializa internacionalmente la producción de granos y derivados agroindustriales de la Argentina, Paraguay, Bolivia y parte de la producción del Estado brasileño de Mato Grosso. Esta región extendida tiene un área sembrada de más de 32 millones de hectáreas, con una producción de soja de más de 100 millones de toneladas equivalentes a la producción total de Brasil, que es el segundo productor sojero del mundo.

Además de la producción primaria, se ha producido la diversificación de actividades de agregación de valor, como plantas industriales, instalaciones logísticas, puertos y terminales especializadas, lo que ha cambiado el perfil productivo de la región. 

Casi todas las industrias vinculadas a la Hidrovía se concentran en Rosario. Cuando los entrerrianos vamos a Rosario nos sorprendemos. La respuesta está en el aprovechamiento que han hecho sus industrias y servicios de la Hidrovía. Aunque ese aprovechamiento ha sido posible por un factor: hasta Puerto San Martín, unos kilómetros al norte de Rosario, la Hidrovía se draga a 34 pies de profundidad. Ello hace posible que hasta allí lleguen los buques Panamax (así llamados porque son los que pasan por el canal de Panamá) que hacen viable el comercio con Asia y Oceanía.

Entre Ríos puede imitar el desarrollo de Rosario generando una modalidad de promoción industrial autóctona, ofreciendo zonas portuarias a la vera del Paraná, en sectores donde la profundidad puede alcanzar los 34 pies. Esas zonas son el Paraná, a la altura de Diamante y la zona del Paraná Ibicuy. A esos puertos de aguas profundas se vinculan los de Concepción del Uruguay y La Paz, y se pueden anexar otros como Puerto Ruiz y Hernandarias.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS

Hasta hace poco, hablar de una profundidad de 34 pies en Diamante era impertinente porque la competencia en materia de navegabilidad de los ríos se la atribuía solo la Nación. En efecto, desde 1993 está vigente el contrato de dragado, balizamiento y mantenimiento de la Hidrovía, celebrado entre el Estado Nacional y una empresa cuya denominación es Hidrovía SA. Ese contrato estipula un dragado a 34 pies hasta puerto San Martín. Pero río arriba, la profundidad del canal solo alcanza los 25 pies hasta la altura de Santa Fe y hacia el norte disminuye. Además, el contrato con Hidrovía que Nación administra, no incluye el dragado de los canales de acceso. Rosario tiene la ventaja de estar ubicada sobre el canal, pero el puerto de Diamante está distante unos kilómetros del canal de navegación principal, lo que requiere dragarlo por parte de la Provincia, lo cual es bastante oneroso. 

Sin embargo, esta situación puede cambiar. Entre Ríos puede lograr ser partícipe del contrato de dragado y de su administración. Veamos.

La última parte del artículo 124 de la Constitución Nacional dispone que “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”. Por eso las provincias petroleras obtienen rentas de sus explotaciones. De acuerdo a este artículo, el recurso agua corresponde a las provincias. Incluso el recurso territorio ya pertenecía a las provincias antes de la reforma de 1994. Por eso Santa Fe y Entre Ríos construyeron el Túnel Uranga Silvestre Begnis.

Entonces, el dragado se realiza sobre el lecho del río, que corresponde al territorio provincial y la navegación es posible dado que existe un río cuyo dominio originario pertenece a las Provincias. Literalmente, parte de la Hidrovía está ubicada en un 50% sobre el territorio entrerriano.

Por lo tanto, resulta jurídicamente viable que seamos consultados para producir el dragado. Entonces, si esto es correcto, podemos cambiar la voluntad de acuerdo por profundidad del dragado y conectividad de los puertos entrerrianos con el canal de navegación principal. Concretamente se plantearán dos cuestiones: que el dragado llegue a 34 pies a Diamante y que se garantice el dragado de los canales de acceso del propio puerto de Diamante, al de Uruguay y al de Ibicuy.

De tal manera ofreceríamos al sur de Brasil, a Paraguay, a Bolivia y a toda la Mesopotamia dos zonas portuarias iguales o mejores que las rosarinas. Mejores en el sentido que tenemos más espacio para un desarrollo portuario planificado. Hace pocos meses el gobernador Bordet obtuvo la cesión por parte del Gobierno Nacional de 100 hectáreas en el Puerto de Ibicuy y tenemos una opción de compra por otras doscientas. Para que tengamos una idea, el puerto de Buenos Aires tiene 98 hectáreas. Pero además de las razones jurídicas que están del lado de las Provincias, tenemos que el Presidente de la Nación anunció la provincialización de la Hidrovía. 

Es posible que a esta altura corresponda hacer lo que no se ha hecho desde 1994. Crear una región para el desarrollo de la Hidrovía. Esta posibilidad se encuentra en el propio artículo 124 de la Constitución Nacional. Sería histórico. 

Claro que el salto de desarrollo no sería inmediato, pero sería inexorable. Entre Ríos pasaría de ser una provincia productora de materias primas que suministra a los polos industriales a ser una región industrial, que capte las materias primas de gran parte de la zona de la Hidrovía, o lo que es lo mismo, de la región que se levanta sobre el Acuífero Guaraní. Y este último es otro tema…