La ministra de Salud, Sonia Velázquez, participó de la jornada referida al acceso a los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes con discapacidad que se realizó en Paraná. Dicha instancia tuvo como objetivo capacitar sobre buenas prácticas para garantizar servicios de salud inclusivos, accesibles y de calidad.

Este miércoles se realizó en el Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina de Paraná la jornada de capacitación Acceso a los derechos sexuales y reproductivos de los adolescentes con discapacidad para la región sanitaria I (comprende los Departamentos La Paz, Paraná, Diamante, Victoria y Nogoyá), impulsada por el Ministerio de Salud de Entre Ríos, a través de la Dirección de Salud Materno Infanto Juvenil, en articulación con el Instituto Provincial de Discapacidad (Iprodi) y el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA).

La jornada consistió en una serie de conversatorios, a cargo de la licenciada en Trabajo Social Mónica Fassoni. La ministra de Salud, Sonia Velázquez, participó del encuentro, cuyo objetivo fue sensibilizar y capacitar sobre buenas prácticas para garantizar servicios de salud inclusivos, accesibles y de calidad para las personas con discapacidad desde un enfoque de derechos humanos, sobre la base de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Durante la apertura, Velázquez sostuvo: “Haciendo un recorrido de lo que ha sido la génesis de la salud sexual y reproductiva, siempre nos hemos encontrado con la presencia de Mónica en el camino. En la provincia comenzamos allá por 1989, con proyectos en el hospital San Roque de Paraná y también con el proyecto Comadrona en el Barrio Gaucho Rivero, y hoy estar transitando los 20 años de la creación del Programa Nacional es un placer, como también integrar el trabajo de forma intersectorial con el Iprodi, hablando de sujetos de derecho que necesitan desarrollar la sexualidad como cualquier otro”.

A su vez, agregó: “Todavía las brechas de desigualdad, inaccesibilidad al territorio, a instituciones, insumos y programas están inscriptas en los dispositivos organizacionales que muchos de nosotros habitamos, y eso realmente es una deuda pendiente que supone derribar limitaciones y paradigmas que nos inscriben desde la colonización de las Américas. Tenemos que trabajar mucho en un proceso de desculturización que necesitamos volver a revisar en nuestras prácticas”.

Por su parte, la directora general del Iprodi, Inés Artusi, indicó: “El primer derecho de una persona con discapacidad es el acceso a su certificado y cuando lo hacemos no estamos certificando enfermedades, sino barreras. Entonces, esto que abre las puertas a otras cosas, como profesionales, instituciones o espacios, les da las herramientas para vencerlas. El compromiso con esta temática nos va a ayudar a que la barrera de una sexualidad plena pueda ser superada”.

En tanto, Mónica Fassoni referenció: “Es importante reconocer que las personas con discapacidad son cuerpos diversos con un nivel de funcionamiento tal, por lo tanto tienen una sexualidad y erotismo diverso. Tratamos de deconstruir el concepto de sexualidad especial de la persona con discapacidad, de que lo único que hace es negar o reprimir este ejercicio que es un hecho irrenunciable que se presenta en cualquier cuerpo”.

Por último, se refirió a la importancia de que los equipos de salud se capaciten en estos temas. En esta línea, mencionó: “En primer lugar es fundamental porque tenemos un marco legal que contempla leyes de derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos, por lo tanto ya no es una cuestión de intención; y también está la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que en particular reconoce los derechos a la intimidad, privacidad, a procrear, formar pareja y no ser víctima de violencia. Segundo, porque generalmente las personas con discapacidad no llegan a la consulta de salud sexual y reproductiva, pero sí llegan por otros sectores. Por lo tanto, hasta que no incorporemos la idea de que las personas con discapacidad son sexuales no vamos a tener una mirada de salud integral”.

Cabe mencionar que, en el marco de la celebración de los 20 años de la Ley Nº 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, durante la jornada se hizo entrega a Fassoni de un reconocimiento por su trayectoria en el desarrollo de políticas públicas en Entre Ríos.

Antecedentes
Desde el Programa de Salud Sexual y Reproductiva, junto con el dispositivo del Plan ENIA, se comenzó el año pasado a llevar adelante una tarea de sensibilizar a los equipos de salud en relación a la accesibilidad de las personas con discapacidad, en particular las y los adolescentes.

Fue así que, con la colaboración del Iprodi se realizó una encuesta en los Departamentos Paraná, Concordia y Gualeguaychú para conocer si las personas con discapacidad se acercaban a los servicios de Salud Sexual y Reproductiva. A partir de una primera aproximación, los equipos de salud coincidieron en la necesidad de contar con instancias de capacitación, cruzando el eje sexualidad con discapacidad.

En 2022 se llevó adelante, en agosto, una intensa formación en Gualeguaychú para las regiones sanitarias III y IV, en septiembre se continuó en Concordia con la región II, finalizando hoy en Paraná.

Al referirse al tema, la responsable del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, Lucy Grimalt, manifestó: “Buscamos trabajar con los equipos de salud los mitos que hay en relación al ejercicio de la sexualidad de estas personas y visibilizar el modelo de atención en salud sexual reproductiva y no reproductiva que las incluya. Y consecuentemente ir revirtiendo esta situación que ha afectado a las personas con discapacidad, debido a las barreras que hacen que no lleguen a los servicios de Salud Sexual y Reproductiva y que aún se sigan sosteniendo prejuicios en relación al ejercicio de su sexualidad”.

Para finalizar, agregó: “Muchas veces, cuando ponemos en agenda en salud a la discapacidad lo hacemos desde el punto de vista de la atención como una enfermedad, cuando en realidad es una condición, y cuando hablamos de acceder a una salud sexual reproductiva y no reproductiva estamos hablando de derechos. Estas instancias son fundamentalmente de ponerlo en agenda, desarrollarlo más intersectorialmente y, fundamentalmente, sacar los mitos que hay alrededor. Es necesario dar una vuelta a cómo instalamos la atención de salud sexual y reproductiva para que estos adolescentes concurran a nuestros centros de salud como lo hacen aquellos que no tienen discapacidad” cerró.